Apoye a nuestros agricultores locales

Queridos Amigos,

¿A veces se sienten así?

Creo en un medio ambiente ecológico. Quiero comprar de los mercados de agricultores pero no siempre están disponibles. ¿Son demasiado caros? ¿Compraré suficiente comida? ¿Es realmente tan bueno como dicen?

¿Qué cambios podemos hacer como ciudadanos responsables y familias que nos pueden ayudar a comer comida local?

La agricultura convencional es responsable del vertido de fertilizantes, herbicidas y pesticidas químicos en el medio ambiente, mes tras mes. Al quedar en la tierra, estas sustancias químicas causan efectos perjudiciales, tanto para los seres humanos como para el medio ambiente. Por el contrario, la agricultura orgánica cultiva frutas y verduras sin sustancias químicas tóxicas, protegiendo nuestro entorno y nuestras generaciones futuras.

¿Por qué resulta beneficioso comer lo que se produce localmente?

Solo piense en la energía que se utiliza para transportar la comida miles de milles desde el lugar en que fue producida originalmente – desde la comida nacional a aquella internacional. Al comer la comida de la estación, puede disfrutar de recetas que usan frutas y verduras frescas y reducir el desperdicio de energía.

¡Coma sus verduras!

Las verduras frescas y los granos se encuentran en un lugar bajo en la cadena alimenticia, permitiéndonos alimentar a más miembros de nuestra comunidad que si consumiéramos carne, pollo o pescado. Es eficiente, saludable y un método de alimentación que evita una variedad de enfermedades crónicas que afrontamos en nuestra sociedad actual. Según la Escuela Médica de Harvard, los agricultores que producen para las comunidades locales por lo general venden sus frutas y verduras dentro de las 24 horas de la cosecha, asegurando un pico de frescura y madurez.

Si le encanta salir a comer, ¿por qué no probar restaurantes que compran de agricultores locales?

Al apoyar estos restaurantes, también nos está asistiendo a nosotros, los agricultores que producimos estas variedades frescas de frutas y vegetales – apoyando el concepto «del agricultor al plato». Comer localmente también reduce su huella de carbono al haber menos petróleo y gases de invernadero que se producen para que la comida llegue a su plato.